Vaso congelado ¿sí o no?
En los países de climas calurosos, durante los días estivales, es irremediable la búsqueda de algo refrescante y que alivie el calor, y uno de los remedios a este problema ha sido tomar la costumbre de beber la cerveza en un vaso congelado, o jarra, copa, etc. Pero, ¿es lo más apropiado para la cerveza?
Algunos se han convertido en verdaderos amantes en consumir la cerveza de esta manera, tanto que hasta mantienen este hábito durante los meses fríos. Su preferencia por beber la cerveza en vajilla congelada llega a ser tan alta que no conciben tomarla de otra manera, incluso se defiende que cuanto más fría está la cerveza, mejor sabe.
Sin embargo, es irónico que en aquellos países con una tradición y cultura cervecera profunda, no haya costumbre de congelar la vajilla para beber la cerveza, como Alemania, Bélgica o Reino Unido. ¿Cuáles son entonces los motivos para hacerlo y por qué en unos sitios sí y en otros no?
Motivos por los que se bebe cerveza en vajilla congelada
Estas son algunas de las causas por los que se tomó la costumbre de beber la cerveza de esta manera:
- Por ser territorios cálidos o tener meses anuales muy calurosos. Los habitantes de estas regiones buscan algún remedio para refrescarse.
- El estilo de cerveza que prolifera en esa región es Pale Lager. Es uno de los estilos más suaves en aroma y sabor que recomiendan servir a temperaturas muy frías. Es el estilo más producido por las cerveceras industriales.
- Tradicionalmente, la cerveza se considera como un refresco en vez de una bebida de degustación.
- La cultura cervecera de esa región es relativamente joven. Algunos países con una gran tradición por esta bebida cuentan con una historia cervecera de más de 300 años, mientras que en otros, la cerveza se convirtió en una bebida popular desde hace poco más de 150 años.
- Al consumidor no le gusta el sabor de la cerveza. Muchas veces el problema está en que a ciertas personas no le agrada el sabor de un estilo de cerveza y por eso piensan que cuanto más fría está mejor sabe, ya que el frío disipa el sabor de una bebida. En estos casos, la mejor opción sería probar otros estilos de cerveza con perfiles de sabor diferentes, hasta encontrar los que sí les resultan agradables a su temperatura recomendada.
Por qué no se debe congelar la vajilla para beber cerveza
Pese a haberse convertido en una costumbre muy popular y ser un hábito muy defendido por algunos consumidores, no es nada recomendable congelar la vajilla para beber cerveza. Si la bebida ha sido refrigerada a la temperatura correcta, no es necesario aplicar más frío.
Estos son algunos de los motivos por los que no se debe congelar la vajilla:
- El exceso de frío disipa el aroma y el sabor de la cerveza. En el caso de consumir una cerveza rica en matices y con propiedades complejas, el frío puede hacer que sea imperceptible tanto su aroma como su sabor, ya que reduce la volatilidad de los compuestos aromáticos y seda las papilas gustativas.
- Cada estilo de cerveza tiene unas temperaturas óptimas de servicio. Algunas cervezas se recomiendan servir a partir de 6°C, 8°C o incluso 12°C, muchas veces indicado por el propio fabricante.
- Se crea una capa de hielo en el interior de la vajilla que se derrite, aguando la cerveza. Al igual que no es recomendable añadir cubos de hielo en la cerveza, tampoco lo es añadir escarcha de las paredes del vaso.
- El hielo atrapa aromas y sabores indeseables para la cerveza. Si la vajilla se ha congelado en un espacio con otros aromas presentes, como en un congelador, el hielo retendrá esos olores y los transmitirá a la cerveza.
- Al entrar en contacto la cerveza y la vajilla congelada, ambas se ven perjudicadas. Si la cerveza se encuentra a una temperatura de 3°C a 5°C y la vajilla se ha congelado a una temperatura de -15°C a -20°C, se producirá un choque térmico. Los cambios de temperatura bruscos no son recomendables para los alimentos, porque afectan a su textura y sabor, igual que con la cerveza. En el caso de la vajilla, al ser de cristal, los cambios bruscos de temperatura producen microfisuras que poco a poco acabarán por romper el recipiente.
- La escarcha de hielo afecta al aspecto de la cerveza. El frío produce una condensación en el vaso que hará que la cerveza siempre se vea nublosa, además de que el hielo retiene las burbujas de gas que se verán incrustadas por las paredes del vaso. El frío también impedirá una correcta formación de espuma, la cual se verá muy reducida y con poca persistencia, por lo que no podrá ejercer su función en la cerveza.
En conclusión, si la cerveza se ha refrigerado a la temperatura correcta y la vajilla se encuentra bien limpia y a temperatura ambiente, no hay ninguna necesidad de que se congele para poder disfrutar de la cerveza. Si hay preocupación por que la cerveza se caliente, la mejor opción es enfriar la cerveza a la mínima temperatura recomendada, es decir, si una cerveza tiene una temperatura óptima entre 6°C y 8°C, es mejor optar por servirla a 6°C para que a lo largo de su consumo no llegue a temperaturas demasiado altas que la hagan desagradable.
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